Dicen que las fotos del día de tu boda son las más importantes de tu vida, yo no lo creo así. En mi opinión cualquier foto puede ser tan importante como el momento que represente: tu abuela cogiéndote en brazos por primera vez, tu madre dándote un beso el día de tu graduación, la primera foto de un bebé y, por supuesto, también las del día de tu boda. Sin embargo, a veces, me da la sensación de que le damos demasiada importancia a cómo saldremos ese día en las fotos y nos perdemos la oportunidad de vivir otras cosas.
Yo el día de mi boda no quiero estar pendiente del fotógrafo, ni salir corriendo disparada después de la ceremonia para que me haga un reportaje antes del banquete. Yo lo que quiero es disfrutar de los míos, compartir cada momento con ellos y las fotos que se hagan que queden naturales, tal como somos y tal y como fuimos ese día.
Ahora bien, eso no significa que no podamos tener un buen reportaje de recuerdo, pero no necesariamente de ese día. Para mí, ese álbum de fotos bonitas, posadas, con buenas luces y paisajes de ensueño es el del reportaje pre-boda, donde estaremos él y yo a solas, nadie más. Hemos contratado a un fotógrafo de bodas en Galicia para que nos haga un reportaje pre-boda de ensueño, mágico, en parajes naturales y unas localizaciones que conoce él y que hemos visto en su web que son preciosas. El día del enlace no pienso perder tiempo posando, quiero disfrutar de cada momento, de cada instante, no quiero perderme nada de nada.
Eso sí, como soy muy meticulosa con la ropa, he preparado cuatro cambios diferentes para ese día. Cuatro para mí y cuatro para él, por supuesto. Nada en plan gala, eso no va con nosotros, pero si algo arreglado, algo más cómodo y un par de cambios más estilo hippie. Tal y como somos. Lo malo es lo de los zapatos, que no puedo llevarme 8 pares de zapatos a la sesión, sería una barbaridad, así que me he comprado estos pikolinos online que van más o menos con todo. Son blancos, tipo sandalia y creo que quedarán muy bien tanto con el vestido como con unos vaqueros.
No me falta ningún tornillo
Imagino que habrá quien piense que estoy loca por contratar al fotógrafo sólo en la pre-boda y dejar las fotos del día del enlace a la familia y amigos, pero es que yo no quiero mucha parafernalia ese día, yo quiero disfrutar y no perderme nada. Hasta mi madre me dijo que estaba loca, y que si era por tema económico ella me regalaba el reportaje del día en cuestión, pero no se trata de eso. Aunque a nadie le amarga ahorrarse unos euros y me viene genial que ese dinero no salga del bolsillo, no se trataba problemas de presupuesto, sino más bien de problemas de tiempo, de no querer perderlo, de no querer despistarme ni un minuto de lo que pase a mi alrededor.
No sé si me arrepentiré en un futuro, yo creo que no ¿Y vosotros, creéis que estoy loca?